Viaje hacia el Sur con Aída, mi compañera de cocina; su marido; Nery, un alumno de cocina con una vida llena de aventuras y su hijo.Choluteca ha sido la primera ciudad; lugar de origen de Aída y su marido. Después hemos continuado para El Coloyito donde hemos cogido un barco que nos ha transportado a La Isla del Tigre: la primera visión del Pacífico. El Golfo de Fonseca, en el que está situada la isla te permite ver la costa de EL Salvador a la derecha y la de Nicaragua a la izquierda. El Pacífico posee menos atractivo turístico porque el agua no tiene ese espectacular color turquesa del Caribe pero el paisaje de manglares posee una rara belleza.
Por otra parte, la zona posee cientos de criaderos de camarones, que recuerdan por su disposición respecto al mar a los esteros de Cádiz. Pues en los esteros del Golfo de Fonseca, cientos de familias hondureñas se dedican a recolectar moluscos, especialmente curiles y “cascos de burro”. Los curiles son una especie de berberecho grande que se come crudo y que hemos probado en un restaurante, aliñados con un poco de tomate, pimiento rojo, vinagre y su propia agua. Estaban estupendos. Luego un pescado a la parrilla. Después he metido los pies en las cálidas aguas del océano, hemos visto como elaboraban una suerte de mozzarella hondureña y para terminar, hemos “pescado” por 20 lempiras la ristra de 5, unos cangrejos de la zona que servirán para potenciar el sabor de una sopa marinera… día grande de sensaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario