Hoy he ido con Ana Laseca, compañera de Programa, a un valle cercano a Tegucigalpa.
El azar ha querido que apenas salidos de casa halláramos a David, un taxista un punto delirante que asía con la mano un libro en el inevitable acto de negociación de la tarifa para indicarnos el carácter justo del precio. El ejemplar en cuestión no era una cartilla de tarifas si no la Biblia. Era miembro de la iglesia evangélica, que por aquí tiene gran predicamento.
En un pueblecito minero un lugareño de 75 años nos ha contado su experiencia de vida; la mina de plata ya cerrada, los cafetales, el Mitch, su carácter luchador.
Hemos parado a comer en el pueblo de Valle de Ángeles. Y allí estaba esperándonos Rodolfo Brevé, Propietario del Restaurante La Casa de las Abuelas. Un hondureño culto, ateo, inconformista e informado, que había colaborado con la Cooperación Española en República Dominicana, en la época de Felipe González, con quién había compartido mesa.
Ha salido en la conversación, Rajoy, Rouco Varela, Carlos Andrés Pérez y Sarah Pallin, el hondureño medio, y el miedo del hondureño a varias cosas.
Un domingo muy completo.
La uniformidad es la muerte; la diversidad es la vida.
domingo, 21 de septiembre de 2008
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2 comentarios:
Esta claro por lo que leo que Rodolfo no ha hecho honor a su apellido y que escucha la cadena ser.
Aqui Pajaro
posdata.- Me sorprende que no se puedan hacer comentarios anónimos.
posadata dos.- no te fies de los lectores de un solo libro --> te cobró de más, fijo... con Dios de asesor económico... Cambia de taxi
Hoooola José Ángel. Gracias por pasar por aquí y dejar huella. Rodolfo es un Felipista declarado, pero, quién se hubiera resistido - por consiguiente- ante los encantos del lider carismático?
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