El taxista de Costa Rica me ha dejado impresionado.
12 hijos, una vida de trabajo y una especie de íntima satisfacción y de alegría por formar parte de su entorno.
Quiza esto último me lo dijo, pero de manera distinta:
"doy gracias a Dios porque nunca en mi vida he tenido que sufrir un seísmo, una inundación o una guerra".
- "Esto nunca se lo plantearía un europeo", le contesté.
Pero estoy en Centroamérica me dije a mí mismo.
viernes, 12 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario