domingo, 28 de septiembre de 2008

Día 17. Una historia de defensa de los derechos humanos, 15 años después.

Hoy hemos ido al Cristo del Picacho, una escultura inmensa en una de las montañas que circundan la capital y que se ha convertido en un icono de Tegucigalpa, con cierta similitud al Cristo de Corcovado de Rio de Janeiro en Brasil.
Pero hoy no toca postal turística, si no relato de un descubrimiento de un documento de hace muchos años.
Al hacer los preparativos para venir aquí cargué en mi ordenador muchos datos de mi actual ordenador de sobremesa y otros tantos de alguno de los ordenadores anteriores que han ido pereciendo sucesivamente producto de la obsolescencia.
El otro día ya en Honduras, revisando archivos, descubrí que en 1995, en una campaña de Amnistía Internacional de apoyo a personas perseguidas por su defensa de los derechos humanos, mi hermano y yo habíamos enviado un fax al Fiscal General de la República de Honduras, que por aquel entonces era el Sr. Edmundo Orellana.
Reproduzco parte de la comunicación:
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to: Orellana. Edmundo 504………..

from: Enrique y Javier Barrado
RE: [Amenazas de muerte y temor por la seguridad de Berta Oliva de Nativi
y Liduvina Hernández]

Att.: Sr. Fiscal General:
Las ciudadanas hondureñas Berta Oliva de Nativi y Liduvina Hernandez son destacadas defensoras de los Derechos Humanos en su pais.
Nos consta que han recibido amenazas de muerte mediante llamadas anónimas que describen muy bien los movimientos de ambas personas así como las respectivas direcciones de sus domicilios. Nuestra preocupación por estos hechos es máxima.
Desde aquí, le rogamos que se lleve a cabo una investigación inmediata y exhaustiva sobre estas amenazas.

Debemos pedirles además, que se tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad de las citadas personas. Una organización como la COFADEH [COFADEH:Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras] resulta un duro peso para cualquier país, por la naturaleza de lo que reivindica y simboliza.
Sin embargo, su existencia, su acción y el desarrollo de sus actividades representa la posibilidad de que Honduras continúe su madurez como Estado (…)
Instamos pues, a las autoridades de Honduras, a continuar de manera firme la investigación sobre la violaciones de los derechos humanos cometidas en el pasado y a Vd. de forma especial, para que desde su posición, brinde una protección adecuada a todos los que participan en la tarea de sacar a la luz los abusos cometidos (…)
Atentamente:
Enrique Barrado Gracia. Javier Barrado Gracia.

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Y bien, ¿qué ha pasado con estas dos defensoras de los derechos humanos, familiares de desaparecidos, 10 años después?
Pues creo que la actual situación, puede describir muy bien el estado del país en este aspecto nuclear de una sociedad. En primer lugar Berta Oliva de Nativi está viva, lo que evidentemente representa un síntoma de democracia y de legalidad (sintiéndolo mucho, no he podido confirmar esto en el caso de Liduvina Hernández)
Y en un análisis posterior pero necesario, una vez certificada la fe de vida, se hallan en un espacio intermedio entre el principio de reconocimiento social y público por una parte y la instigación personal y el impedimento de acciones de esclarecimiento de actos del pasado.
Como elemento positivo y en fechas recientes, la presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Vilma Morales, expresó públicamente ante los medios de comunicación que Berta Oliva de Nativi ha trabajado mucho por los derechos humanos en Honduras y eso tiene mucho mérito. Y es la propia Berta Oliva, con otras personas, la designada este mismo mes de Agosto para representar a la sociedad civil en la Junta Nominadora que seleccionará a 45 profesionales del Derecho, quienes sucederán a los 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Un punto para Honduras y otro para sus instituciones.
Pero mientras esto ocurre y casi paralelamente en el tiempo, las oficinas de COFADEH han sido saqueadas dos veces en los meses de Julio y Agosto de este año llevándose material informático con información relativa a la labor de la organización y a casos que el COFADEH ha presentado ante el sistema nacional de justicia y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así mismo, este verano Berta Oliva y su hija, mientras volvían a su casa conduciendo fueron seguidas de manera clara por otro coche que retrocedió al ver al guardia de seguridad de su lugar de residencia. Un punto menos para Honduras y para sus instituciones: empate.
Es decir; un punto de equilibrio precario en el que la fortaleza del Estado y de sus instituciones (uno de los objetivos de la Cooperación Española) es elemento determinante para el feliz desarrollo de esta y de tantas historias y para el propio desarrollo de la sociedad hondureña.
Me gustaría terminar este post indicando que Berta Oliva de Nativi y el COFADEH-Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras,- han sido objeto de apoyo y seguimiento por El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, por el UNHCR-ACNUR Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, por las principales organizaciones y observatorios en pro de los Derechos Humanos (Amnistía Internacional, Human Rights Watch, etc.) y por asociaciones de naturaleza variada como la española Jueces para la Democracia o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dependiente de la OEA (Organización de los Estados Americanos).

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