
Me viene a la mente la escalofriante narración ayer de los detalles del seguimiento médico de un embarazo hasta el alumbramiento y las complicaciones posteriores para el niño. Lo resumo: en los partos post-término como el que me refirieron (que ocurren más allá de la 42 semana de gestación) existe un fuerte impacto tanto en las morbilidades maternas como neonatales.
En España se suele programar una cesárea y se acabó: el niño fuera y a funcionar.
En España se suele programar una cesárea y se acabó: el niño fuera y a funcionar.
Pero claro, una cesárea aquí la paciente la podrá pedir –casi exigir- en la sanidad privada.
En la pública, en un hospital público y para una más de las cienes y cienes de muchachas embarazadas… ah! eso ya es otro cantar.
Después de un sufrimiento fetal y maternal de horas y una vez que ocurrió el muy complicado nacimiento, los médicos dijeron a la madre; “la ciencia médica llega hasta aquí, ahora ya es cuestión de Dios”. Cuestión de Dios: es genial; sirve para presentar como inevitable una situación que se puede solventar de otra forma y tapa la ineficiencia en aras de una supuesta eficacia divina. Es como el nadie lava más blanco tus pecados que la iglesia católica; un pase por el confesionario y ya está.
Qué cabronada nacer pobre. Qué coraje y qué tristeza tener que escuchar historias así.
1 comentario:
En algunos paises siempre hay una religión a mano para suplir cualquier cosa de lo que los gobernantes deberían controlar pero omiten.
En España, en casos parecidos, te dicen que la operación fué un éxito pero el paciente murió. Sólo les falta el cinismo de decir que no quería colaborar y murió sólo por joder.
En España, nacer en la categoría de los que no pueden pagar sanidad privada tamién es una cabronada.
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