
La capacidad de reaccionar ante estímulos parece ser cada vez menor en nuestras sociedades.
La capacidad de observar y comprender y hacer nuestro lo observado está cercana a la capacidad de amar.
La nula capacidad de ayudar a los demás, sean estos muy lejanos o muy cercanos, nos precipita al vacío espiritual más profundo.
Me permitiréis entonces que haga un poco de proselitismo al recomendar este enlace…
…para descubrir que Guinear no es un verbo, pero puede moverte a la acción.
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